Se trata de un invento del multimillonario inglés Maximillion Cooper allá por 1999, y su idea era seguir con la tradición de las carreras ilegales que se hacían en Estados Unidos desde que, en 1971, el periodista del motor Brock Yates organizara la Cannonball Baker Sea para protestar contra la implantación del límite de velocidad en 55 millas por hora. Brock se inspiró en las hazañas de Ernest G. Cannonball, quien en 1914 estableció el primer récord de velocidad en grandes trayectos al cubrir la distancia entre Los Ángeles y Nueva York (5.347 km) en 11 días, 12 horas y 10 minutos. En 1933 y ya en coche, ese tiempo se quedó en 53 horas y 30 min. Las Cannonball se disputaron en 1971, 1972, 1975 y 1979.